La pérdida de fuerza o de dolor al moverte, ligada a lesiones o problemas neuromusculares actuales o antiguos, puede estar muy relacionada con una incorrecta información desde los receptores sensoriales (señales aferentes) hacia los músculos. La información entre los receptores sensitivos y cerebro (denominado feedback aferente o sensitivo) se encuentra interrelacionada, siendo ambas igual de necesarias para un control adecuado de tu movimiento, vamos a ver cómo funcionan y su relación con las lesiones o problemas neuromusculares.
La información es poder» (Francis Bacon)
COMO UTILIZA EL CEREBRO LA INFORMACIÓN: PREDICCIÓN Y ERROR
El cerebro por un lado predice lo que va a suceder, para ello utiliza la memoria y los estímulos sensitivos que recibe, entre otros de sus propioceptores. Por otro lado durante el movimiento calcula el error que existe entre su movimiento previsto (feedforward) y el realizado (feedback) realizando las correcciones oportunas durante su ejecución gracias a los receptores sensoriales (1). Aunque “la información es poder”, no todo se limita a eso, ya que tu cerebro debe interpretar, procesar y seleccionar la información más adecuada para que te muevas, puedes tener mucha información pero que tu cerebro la “interprete” como una situación amenazante (Potencial dolor).
CUANDO LAS AFERENCIAS FALLAN
Si no disponemos de un feedback aferente continuo tendremos un problema para corregir nuestros errores. Un ejemplo claro lo tenemos en un experimento con monos en los que se les había eliminado sus aferencias. Estos eran capaces de aprender un movimiento para dar a un botón y obtener comida a pesar de no disponer de suficientes señales desde sus receptores sensoriales. El problema es que, si se les cambiaba el inicio del movimiento o se les alteraba la dirección, no sabían corregir. Lo que hacían era volver a iniciar su movimiento nuevamente (1). Un ejemplo claro en los seres humanos es que las personas ciegas mantienen un entorno de su casa sin alterar, “los sofás, tele, etc…” siempre en el mismo sitio. De este modo pueden “predecir” a cuantos pasos tienen todo sin necesidad de la información de la vista. El problema es que, si alguien les mueve algo, la corrección de su “trayectoria prevista” vendrá dada por la información de sus receptores tras chocarse con un objeto imprevisto en su camino, producto de no disponer de la información lo suficientemente rápida (vista) para corregir su trayectoria “prevista”.
Un ejemplo más, de como la disminución de tus aferencias sensoriales puede afectar a la precisión de tus movimientos, es cuando te pones unos guantes gruesos y tienes que realizar actividades precisas con las manos. Como tienes menos señales desde tus receptores cutáneos (tacto) puedes sentir incomodad y falta de precisión en tus movimientos al limitarte parte del feedback aferente.
CADA MOVIMIENTO ES DIFERENTE
Los ingenieros en robótica entienden la importancia tanto de la información predictiva como de las aferencias en el sistema nervioso, ya que encuentran dificultades para fabricar robots que puedan moverse del mismo modo que un ser humano. El problema es que deben de diseñar un robot que no solo realice predicciones correctas sobre sus movimientos, además debe solucionar posibles errores de movimiento/predicción o cambios en su entorno en milésimas de segundo, sumado a que lo ideal es que los propios robots aprendan de su propia experiencia (memoria). La cuestión es que ningún movimiento que hagas es exactamente igual a otro, siempre existen matices de actividad neuronal, reclutamiento de fibras musculares y fuerza.
DAÑOS ESTRUCTURALES: “DESAFERENCIAS PROPIOCEPTIVAS”
Para que lo entiendas mejor contamos con la aportación de Ricardo Martínez (Neuromecánica- Lab/Mapping Training System) (3): Tradicionalmente se ha defendido que la solución ante una lesión estructural, es recuperar los tejidos dañados. Sin embargo, ¿cuántas personas padecen dolor o falta de movilidad en una articulación afectada por una lesión antigua cuyos tejidos ya se recuperaron? Un ejemplo claro es el de las esguinces de tobillo. Esto sucede porque aunque se haya recuperado el tejido dañado, las alteraciones neuromusculares persisten después de la lesión. Una de las teorías más actuales es que tras una lesión se produce lo que han denominado como una “desaferenciación” y por tanto una reducción de las señales propioceptivas desde los receptores sensoriales hacia el sistema nervioso central (3; 4)
La lesión articular debería de considerarse como una disfunción neurofisiológica y no simplemente como una lesión local como se pensó” (Ward, et al 2015) (4)
OTRAS CAUSAS QUE PUEDEN AFECTAR A LAS AFERENCIAS
Existen otras situaciones, como la fatiga neuromuscular, que puede acarrear un menor flujo de información propioceptiva desde los husos neuromusculares (5). Incluso varias investigaciones sobre dolor de la espalda baja relacionan una excesiva fatiga de la musculatura de la columna como consecuencia del dolor (6), sumado a esto se ha detectado que personas con dolor de “espalda baja” pueden tener alterados/atrofiados sus propioceptores (por ejemplo los husos neuromusculares de la zona lumbo-sacra) (7) En casos de tono muscular aumentado, como la espasticidad en pacientes después de lesiones a nivel del sistema nervioso central, se ha detectado que la actividad del feedback aferente también se encuentra mermada (8).
MEJORA TUS AFERENCIAS
Tus lesiones, actividad diaria y entrenamientos (propios o recomendados a tus clientes/pacientes) producen alteraciones a nivel de los mapas motores corticales. Es de vital importancia conocer que herramientas y estímulos son mejores en cada situación, cuales producen adaptaciones positivas y cuales adaptaciones negativas a tu sistema neuromuscular.
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Dolor muscular y mapas borrosos: Entrenamientos y soluciones rápidas
Referencias
- Fernández del Olmo, Miguel Ángel. Neurofisiología aplicada a la actividad física. Madrid : Sintesis, 2012.
- Graupera, José Luis. Desarollo, control y aprendizaje motor. Asigantura de 2ª curso del grado de Ciencias de Actividad Física y del Deporte en la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid). 2012.
- Neurociencia aplicada a la readaptación de lesiones. Simposio internacional de neurociencias aplicadas al deporte. Martínez Toural, Ricardo. s.l. : Neurodeporte y grupo g-se.com, 2015.
- Neuromuscular deficits after peripheral joint injury: A neurophysiological hypothesis. Ward, Sarah, y otros. 327-332., s.l. : Muscle & nerve, 2015, Vol. 51(3).
- The proprioceptive senses: their roles in signaling body shape, body position and movement, and muscle force. Proske, Uwe y Gandevia, Simon C. 4, s.l. : Physiological reviews, 2012, Vol. 92, págs. 1651-1697.
- The Effects of Vibration and Muscle Fatigue on Trunk Sensorimotor Control in Low Back Pain Patients. Boucher, Jean-Alexandre, y otros. 8, s.l. : PloS one, 2015, Vol. 10.
- Hodges, P W, Cholewicki, J y Van Dieen, J H. Spinal Control: The Rehabilitation of Back Pain. State of the art and science. s.l. : Churchill Livingstone, 2013.
- Spastic movement disorder: impaired reflex function and altered muscle mechanics. Dietz, Volker y Sinkjaer, Thomas. 8, s.l. : The Lancet Neurology, 2007, Vol. 6, págs. 725-733.
¡Excelente aportación! lo mejor de todo es lo digerible del contenido a pesar de su alto rigor científico. Saludos
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Gracias Victor por los apoyos, ¡¡un saludo desde España!!
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A eso le llamo una buena investigación…
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